El Instituto del Ministerio Hispano existe gracias al trabajo de pioneros que tuvieron la visión de proveer educación de postgrado a ministros hispanos de la División Norteamericana. El doctor Elías Gómez y el pastor Eloy Martínez son dos de los pioneros que con visión y dedicación contribuyeron para que nuestro Instituto exista. En una entrevista con el doctor Gómez, en marzo del 2009, le pedí que escribiera una reseña histórica del Instituto. Como fundador de esta institución, él, mejor que cualquier otra persona, conoce los detalles de nuestros orígenes. Los siguientes párrafos presentan un recuentro histórico de nuestra institución y programa de maestría, tal como él los recuerda (Ricardo Norton).
Los directores de la obra hispana de la División Norteamericana se dieron cuenta que la preparación que estaban recibiendo los obreros que trabajarían en la obra Latino-Americana tenían ciertos problemas. Además de eso, los obreros que venían de otros países también encaraban otros problemas. Los obreros hispanos tenían que trabajar con cuatro grupos principales: los puertorriqueños, los cubanos, los mexicanos y los hispanos nacidos aquí cuya cultura era más anglo-sajona. Además de estos había otro grupo menor compuesto de centro americanos y algunos sudamericanos. Cada grupo tenía su propia cultura y los obreros que estaban siendo preparados aquí es este país, estaban recibiendo una preparación que los capacitase para trabajar con los hispanos aquí es esta División.
Después de algunas reuniones con los líderes de la División y de la Universidad de Andrews en el año 1984, se votó establecer el Instituto de Ministerio Hispano. En el verano de ese año, llamaron al Pastor Elías Gómez para que fuese el director de dicho instituto. El salario del Pastor Gómez sería pagado por la División y el seminario le daría un lugar para la oficina. Sin embargo, no había ningún presupuesto para equipo, para libros, para secretaria, por lo tanto, se hacía necesario conseguir fondos para llevar a cabo el trabajo del instituto en una forma correcta. En el otoño de 1984, el Pastor Gómez dio las primeras dos clases, una en enseñanza pastoral, y la otra en administración y finanzas.
El Pastor Eloy Martínez, director asociado de la oficina de Relaciones Humanas es la División, tomó un interés profundo en el desarrollo del instituto. Se reunió con el Dr. Hasel, Decano del seminario, y el Pastor Gómez, para ver como podían conseguir fondos para el instituto. Él solicitó permiso al Presidente de la División, para recaudar fondos para el instituto. El presidente de la División le dijo “Eloy, déjale ese trabajo a los profesionales.” Implicando que el Pastor Martínez no era capaz de recaudar los fondos que el instituto necesitaba. Sin embargo, no se dio por vencido.
Él tenía un amigo en Massachussets que tenía mucho dinero, y decidió visitarlo para ver si podía conseguir algún dinero para el instituto. Fue a conversar con el señor Eusey. Con todo entusiasmo le explicó la situación que estaba pasando la obra Hispana, porque no tenían obreros preparados para trabajar dentro de su medio. Le explicó que la preparación que recibirían sería la misma que estaban recibiendo los estudiantes que trabajarían en las iglesias Americanas.
Después de la entrevista, el Pastor Gómez tenía mucho interés en saber cuál sería la respuesta. Llamó a Martínez y le preguntó si había alguna novedad “¿hermano, qué hay de nuevo, qué pasó, dió algo?” El Pastor Martínez respondió “yo estaba tan entusiasmado hablando con él, explicándole la situación, que no me di cuenta cuando levante las manos le pedí $50,000.00 dólares. ¡De verdad que no se! El Sr. Eusey dijo que nos ayudaría, así que no se cuánto es que nos va a dar.” No pasaron muchos días, y el Pastor Martínez llamó todo entusiasmado al Pastor Gómez para decirle que el Sr. Eusey había donado medio millón de dólares para el instituto. La alegría era incontenible. La emoción desbordaba. Sin embargo, había un problema. El Sr. Eusey mandó el dinero a la Conferencia General y solo dijo que era para la obra Hispana. No mencionó el Instituto Hispano ni a Andrews. Entonces, uno de los tesoreros encargados del plan de invertir dinero, inmediatamente invirtió los $500,000.00. El Pastor Martínez trató de decirles que el dinero era para el instituto en Andrews, pero ellos no le hicieron caso. Por lo tanto, el Pastor Martínez habló con el Sr. Eusey que había dado el dinero y le dijo que el dinero que había dado para el instituto en Andrews no estaba pudiendo conseguirlo. El Sr. Eusey era bien conocido en la Conferencia General porque ya había dado dinero, y le dijo al Pastor Wilson, Presidente de la Conferencia General, “yo tengo más dinero, pero si no le dan ese dinero al Instituto en Andrews, no cuenten más conmigo.” Así que el Instituto de Andrews recibió el medio millón de dólares. Pero para cuando el medio millón de dólares llegó a Andrews, ya había ganado $20,000.00 en interés, y esos $20,000.00 no se los querían dar al instituto. Pero después de conversar un poco, por la gracia de Dios, también los $20,000.00 llegaron a los fondos del Instituto Hispano.
La Universidad de Andrews invirtió ese dinero en dos diferentes cantidades, una a corto plazo y otra a largo plazo. Con ese dinero pudimos emplear una secretaria y también en el verano de 1986, se empleó al Dr. Atilio Dupertuis como director asociado del Instituto. Los estudiantes hispanos estaban muy contentos de tener otro profesor. En ese tiempo, había alrededor una docena de pastores cubanos que habían salido de Mariel y querían continuar sus estudios, pero que no podían venir al seminario a estudiar. Entonces el Dr. Hasel trabajó con los presidentes de las uniones para que ofrecieran el curso en sus instalaciones. Se consiguieron tres uniones. La Unión del Atlántico, la Unión del Lago y la Unión del Pacífico.
Para que los cursos de Maestría en Ministerio Pastoral fuesen reconocido, tenían que ser enseñado en un lugar donde hubiese biblioteca. Por lo tanto, el curso en la Unión del Atlántico se ofrecía en el colegio de esa unión. El curso ofrecido a la Unión del Lago se ofrecía en la Universidad de Andrews, y en la Unión del Pacífico se ofrecía en el colegio de la Unión del Pacífico y el colegio de La Sierra. De esta manera, los pastores podían estudiar sin ningún costo, porque La Unión y los campos pagaban el costo al seminario. Varios de los alumnos iniciaron el curso de maestría en Ministerio Pastoral, transfirieron sus créditos a la Maestría en Divinidades. Finalmente, algunos de ellos aplicaron en diferentes seminarios para continuar sus estudios Doctorales. Entre ellos se encuentra César De León, Benjamín Del Pozo, Jorge Rico, Edwin Hernández, entre otros.